Entras al Saporem (c/ Ventura de la Vega, 5, en pleno Barrio de las Letras) y es como si entrases en el Mercado De Motores, te embriaga una modernez y un ambiente chic que te hace querer olvidar a lo que has venido realmente, a llenar el estómago. La decoración es espectacular, todo puesto con mucho gusto, paredes decoradas con papeles de periódicos, cascadas de luces, mucha madera que aporta calidez y te hace sentir como en casa, tartas a la vista, una terraza que hace las delicias de todos los que los domingos “hacen el brunch” allí, PERO… y por supuesto que hay un pero… ahora me planteo que realmente lo hacen para hacerte olvidar una serie de desafortunados incidentes que, por lo menos, a mi me ocurrieron.
La comida está… ni mal, ni bien… insulsa. Nos pedimos un entrante de alcachofas con foie por encima y unos noodles vegetarianos con huevo. LA alcahofa, y nótese el singular en la frase porque únicamente era una alcachoda troceada, me dejó sabor a poco y eran 8€, estaba soso y eso que tenía buena pinta! De segundo hicimos caso de la recomendación de unos amigos y pedimos los noodles, que de nuevo estaban insulsos, esta vez la cantidad era aceptable y la sal que pedimos hizo su trabajo. Lo único buenísimo aparte del tamaño de las cervezas, son LAS TARTAS! os recomiendo sin duda probar el brownie de chocolate blanco con helado de chocolate, quizás sea lo único gastronómicamente destacable (en lo que nosotras pedimos). Puede ser que como lugar para unas Cakes&tonics funcione, pero como restaurante deja mucho que desear y el precio no es lo que se podría decir barato.
Como guinda final del “pastel”, y nunca mejor dicho, pedí un trozo de la famosa tarta “Red Velvet” para llevarle a una amiga un detalle por San Valentín, y qué sorpresa la mía cuando me traen el trozo de tarta envuelto en plástico. Le pido amablemente a la señorita si me lo puede poner en un tupper puesto que tiene que llegar sano y salvo a su cita, pero me dice que no tienen, ¿no tienen un mísero tupper en un sitio tan chic?. Ojiplática vuelvo a intentarlo con otra señorita, que a su vez lo comenta con su encargada (supongo yo) y le oigo decir que los tupper “sólo los dan con la comida”… curioso, ¿desde cuando las “cakes” no son consideradas comida?, que manera más fea de ningunear a sus tartas, aunque tal y como ha llegado a mi casa puede ser que ya no pueda ser considerada como tal…
Un caso más de un lugar de mucha imagen y poco fondo.
Gracias a @riezuu (instagram) la foto y las risas 😉
The Wish Quarter 